Entrada destacada

FIP RISE Roma

 

martes, 9 de mayo de 2017

CUESTIÓN DE PELOTAS

A las 07:00, como cada día suena el despertador de mi móvil en la mesilla, puede que como a ti. Me hago un poquito el sordo, como tú, e imagino que es un error, hoy estoy de vacaciones y no toca... En menos de dos minutos, descubro que no es cierto y salto de la cama. En mi caso, ella ya está lista para salir, un tímido pero sentido beso y "que tengas un Buen Día".
  Empieza a oler a café recién hecho, como en tu casa ¿Verdad? Duchado y bolsa de trabajo preparada, los últimos sorbos en mi taza favorita mientras me pregunto ¿Donde narices me ha puesto ella otra vez las llaves?
Ya en el coche rumbo al trabajo, con mi emisora favorita sintonizada, puede que hasta sea la misma que la tuya. Espero que todo lo que he preparado para el trabajo, funcione bien hoy porque todas esas horas de preparación, de dar mil vueltas, de buscar objetivos y formas de conseguirlos, todas esas horas las dedico en mi casa, de mi tiempo y a veces de quitárselo a los míos. Pero bueno, supongo que como tú también ¿No?
  Sobre las 08:00 aparco y llego a mi oficina. No se porque, pero cuando empiezo mi jornada, siempre la encuentro solitaria y fría. Enciendo las luces, dejo mi bolsa y últimos retoques a mis herramientas. Repaso mentalmente el programa para hoy, cuando ya sobre las 08:30 escucho aparcar fuera al primer "cliente". Como a ti, supongo que se nos escapa algún resoplido interior.
  ¡Buenos Días! Y una sonrisa en mi cara, que además ya no me puedo permitir retirar. Hasta aquí, las posibles similitudes entre tú jornada laboral y la mía....
Porque lo que diferencia tu trabajo del mío, es CUESTIÓN DE PELOTAS.
Soy tu profesor de pádel. El que te recibe con una sonrisa, el que te escucha contar que tienes un mal día, el que sabe que tu hijo mayor está teniendo problemas en el cole e incluso que estás enfadado/a con tu mujer/marido.
Soy el que desde hace meses te veo sufrir tus limitaciones técnicas e intento corregírtelas con mi sonrisa de las 08:30 aunque seas un alumno de las 21:00.
Soy el que, cuando te veo convencido de que tu cuerpo no puede más, te digo que sí que puedes, te lo crees y continúas.
Lo reconozco, soy también ese que te miente en cada clase, cuando en los ejercicios más exigentes, después de 18 bolas seguidas te digo: "Vamos, muy bien, 3 últimas" y siempre termino tirándote 12 más.
También soy ese que cada día sólo tiene 30m para comer algo entre clase y clase y puede que hoy sea a las 13:00, mañana a las 15:00 y el jueves a las 12:30. Porque mi prioridad es que tú puedas venir a clase en el horario que mejor te venga.
Sabes que mis clases duran una hora, pero a veces no imaginas que cuando terminas y te vas a la ducha, yo reengancho
 con otro alumno tan importante como tú.
Ya son las 16:30, llevo  siete horas y media de clases y te aseguro que he dado lo mejor de mí en cada una de ellas y mantengo aún esa primera sonrisa matinal. Sólo me faltan casi seis horas más...
La echo de menos, así que le mando un WhatsApp mientras tú recoges bolas y le pregunto: "¿Como va tu día? Y termino con un, "Te Quiero".
Porque sí, has acertado, además de tu profe de Padel, soy una persona y tengo mis sentimientos. Como tú, hoy yo puedo estar enfadado con ella, puedo haber pasado mala noche o tener a mi madre muy enferma y todas esas cosas me afectan en mi trabajo, como a ti en el tuyo.
Me afectan pero no me permito dejar de tirarte bolas perfectas para que practiques la defensa a doble pared, no puedo tirarte mal los 20 globos seguidos para que practiques tu bandeja. Yo puedo tener un mal día y me afecta, pero no puedo fallarte porque tú me pagas para que no lo haga, para que saque lo mejor de ti y te convierta en mejor jugador.
Pero te necesito, necesito tu compromiso, tu esfuerzo y tu afán de superación. Por encima de todo, necesito que no olvides que además de tu profesor, soy persona. Que respetes mi trabajo con tu actitud, tu puntualidad y el mismo respeto personal que yo te tengo.
Son las 22:00 y he terminado mi última clase del día. Tengo ganas de verla, de llegar a casa, prepararnos una cena rápida y ver juntos en Netflix un capítulo de nuestra serie favorita. Como tú cuando terminas tu trabajo, todos queremos estar con los nuestros.
Ya sentados juntos en el sofá, la miró y descubro que estar a su lado me da fuerzas.
Pero cada noche, como hoy, se que la diferencia entre tú y yo, son las 3.500 pelotas que yo lanzo cada día.
Buenas Noches, mañana nos vemos en clase.

Fuente:

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Muchas gracias por tu comentario